No practicamos esgrima sólo para ganar. practicamos esgrima porque nos apasiona y nos llena de alegría, tanto sobre la pista, como en las relaciones que construimos a través del deporte. Pero cuando nos comparamos con los demás, nos estamos robando un poco de esa alegría.
Tanto si nos comparamos con esgrimistas “peores” o con los que son “mejores” que nosotros, lo que hacemos es desvirtuar la atención sobre el desarrollo de nuestra propia esgrima.
Si por ejemplo; pensamos "soy mucho mejor que ese otro esgrimista que acaba de empezar", Lo que estas haciendo en realidad es ponderadamente a costa de menospreciar a otro, y esto a medio-largo plazo, te va a quitar esa alegría que da el deporte.
En lugar de mirar a otros para ver quién es mejor y quién es peor, dale la vuelta y fíjate en ti mismo, en tu propio estilo y técnica. Porque en realidad ahí es donde podemos tener el control.
Inspirarse en los demás no es compararse.
La comparación no es saludable, pero esto no significa que debamos aislarnos.
Podemos inspirarnos en otros tiradores, es un poco como darle la vuelta a la comparación.
La mejor forma de conseguir esto es rodearte de personas que te ayudan a encontrar esa alegría que nos da el deporte y concertadamente la esgrima.
Hoy en día, La comunidad esgrimistica es abierta y alentadora. Si estás en tu club y ves a un compañero o compañera que hace una acción que te parece muy buena, ve y pregúntale.
Pregunta a tu entrenador cualquier duda o curiosidad que te surja y así irás llenando de recursos tu propia esgrima.
La mejor forma de aprender a superar la comparación y la frustración que esta nos puede ocasionar, es afrontarla de frente. En lugar de hacer juicios de valor en unos u otros, pongámonos en el contexto real de la trayectoria y aprendizaje de la esgrima y verás como de repente, ese impulso de compararse, se convierte en algo positivo y útil en nuestro camino.
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